Putin ofreció al grupo Wagner unirse al ejército ruso y acusó a Ucrania y Occidente de buscar un derramamiento de sangre. Lo expresó en un mensaje televisado dos días después de la rebelión del grupo paramilitar que comenzó tomando el cuartel general de la ciudad de Rostov del sur y la marcha hacia Moscú.
El presidente ruso elogió la solidaridad civil y afirmó que cualquier intento de chantaje o disturbios internos está destinado al fracaso. Además, mencionó que los combatientes de Wagner podrían servir a Rusia bajo un contrato con el Ministerio de Defensa u otros organismos encargados de hacer cumplir la ley. También ofreció la opción de ir a Bielorrusia.
El texto también informa sobre la breve rebelión del multimillonario Yevgueni Prigozhin, aliado anterior de Putin, y su posterior acuerdo con el Kremlin. Prigozhin se apoderó de instalaciones militares en Rostov del Don, pero finalmente acordó poner fin a la sublevación a cambio de garantías de inmunidad y exiliarse en Bielorrusia.
Después de su discurso, Putin se reunió con altos funcionarios de seguridad, incluyendo el fiscal general, el ministro del Interior, el ministro de Defensa, el director del FSB (servicio de seguridad) y el jefe de la guardia nacional.
En resumen, el presidente Putin acusó a Ucrania y Occidente de buscar un conflicto sangriento y ofreció opciones a los combatientes de Wagner.
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